De acuerdo a la Ley 10/1998, de 21 de abril, sobre Residuos, los municipios con una población superior a 5.000 habitantes estarán obligados a implantar sistemas de recogida selectiva de residuos urbanos que posibiliten su reciclado y otras formas de valorización.

 

De esta forma, además de la tradicional recogida de basura orgánica, podemos encontrarnos 3 tipos de contenedores: envases, vidrio, papel y cartón.

 

Existen también Puntos Limpios para depositar otros residuos como enseres, aceites, restos de poda, etc.

 

Un punto limpio es una instalación donde se recogen y almacenan temporalmente y de forma gratuita los residuos domésticos que, por su gran volumen o peligrosidad, no deben arrojarse a la bolsa de la basura ni depositarse en los contenedores de la calle.

 

En cuanto a los objetos que se pueden llevar a un punto limpio, destacamos:

  • Cristales y vidrio, igual que en los contenedores verdes.
  • Cartón y papel, igual que en los contenedores azules.
  • Envases y plásticos, igual que en los contenedores amarillos.
  • Metales y objetos metálicos de un volumen medio.
  • Madera y objetos de este material.
  • Aceites de cocina usados, que deberán ser llevados en un recipiente correctamente cerrado (por ejemplo, una botella de plástico).
  • Aceite de vehículos a motor.
  • Baterías de automóviles.
  • Pilas y baterías, también baterías de móvil.
  • Radiografías.
  • Luminarias de todo tipo, bombillas tradicionales, fluorescentes, LED, de bajo consumo, etc.
  • Pinturas, tanto acrílica como sintética, así como barnices, disolventes, etc.
  • Muebles, desde colchones, sillas, mesas, a carpinterías como puertas y ventanas.
  • Escombros, siempre y cuando procedan de obras de carácter doméstico.
  • Basura electrónica, televisores, ordenadores, móviles, afeitadoras eléctricas, pequeño electrodoméstico, etc.
  • Electrodomésticos grandes, desde neveras a aires acondicionados, lavavajillas, lavadoras, etc.
  • Ropa y calzado.
  • CD’s, DVD’s, cajas de plástico, cartuchos de tinta de impresora, material de oficina, etc.
  • Termómetros y elementos que lleven mercurio.
  • Restos vegetales procedentes de podas y desbroces.
  • Objetos decorativos, tales como espejos o cuadros.

Se trata, por tanto, de una instalación pensada precisamente para facilitar el reciclaje y gestión de residuos que, sin necesitar ser tratados de forma excepcional, sí que es cierto que no pueden ser tirados al cubo de la basura como la mayor parte de la basura que se produce en un ambiente doméstico.